Los productores de arroz de Calasparra prevén recoger más de 3 millones de kilos

Las tierras se reparten en la zona de Las Minas, en Hellín; en la pedanía de Salmerón, en Moratalla; y en el Coto Arrocero calasparreño, que se extiende desde el puente de Isso hasta la presa de Almadenes. Los arrozales constituyen el humedal de aguas dulces más grande de la Región, compartiendo territorio con Castilla-La Mancha, «donde el río Segura y su afluente, el río Mundo, riegan el único arroz de alta montaña con denominación de origen de España», señaló el presidente de la DOP de Calasparra. Martínez explicó que este año, de nuevo se ha realizado la siembra bajo las variedades balilla, sollana y bomba, amparadas por la denominación de origen.

Estos arroces están considerados entre los mejores del mundo por la calidad de su grano. Además, y por primera vez, los agricultores han podido acceder a una ayuda agro-ecológica de 200 euros por hectárea, a través de la Política Agraria Común (PAC), con una dotación global de 499.950 euros durante cuatro años, aportados por diferentes administraciones. En este sentido, la consejera de Agricultura, Sara Rubira, ya explicó que la finalidad «es apoyar a los productores en la mejora y la conservación del singular y frágil paisaje y hábitat asociado al cultivo tradicional en el denominado coto arrocero de la Región de Murcia y una forma de compensar los costes adicionales y las pérdidas de ingresos de los agricultores derivadas de la aplicación de prácticas agrarias tradicionales que contribuyen a preservar y proteger el medio ambiente». Rubira cree que «esta iniciativa reafirma el compromiso del Gobierno regional con el desarrollo sostenible, la protección de la biodiversidad y la preservación de prácticas agrícolas tradicionales que forman parte del patrimonio natural y cultural de la Región».

Por otra parte, en tan solo unos días comenzará la instalación de las feromonas para luchar contra el barrenador del arroz (insectos que atacan los cultivos), técnicamente denominado 'Chilo supreslis'. Esta plaga es una de las principales a las que se enfrentan los cultivos del coto arrocero de Calasparra. Se trata de una larva que penetra dentro de la caña de la espiga alimentándose hasta completar su ciclo biológico. El síntoma más visible es la aparición de un color blanquecino que contrasta de forma muy patente con las plantas sanas, las cuales presentan la espiga de color verde y vencida por el peso de los granos bien desarrollados.

No obstante, José Martínez aclaró que los cosecheros «están comprometidos con los planteamientos ecológicos desde tiempos ancestrales, incluyendo el barbecho y las secas». La primera de estas secas está teniendo lugar durante estos días y consiste en que, una vez que el grano ha germinado, se suspende el riego para que, de forma natural y con la influencia del sol, se sequen las malas hierbas.

Dentro de otro ámbito, el Ayuntamiento de Calasparra ha puesto en marcha las Rutas del Arroz, una experiencia turística que combina naturaleza, patrimonio y gastronomía en torno al cultivo del arroz de Calasparra. Este año las rutas se visten de gala tras recibir el prestigioso galardón Sendero Azul para la ruta de El Bayo, un reconocimiento que pone en valor su compromiso con la educación ambiental y el turismo sostenible. Está prevista la realización de múltiples actividades, como visitas al Molino Arrocero del Soto, excursiones por la Isla Tío Juan Vacas, y la experiencia de la siega en octubre, cerrando el ciclo con una visita a los Abrigos del Pozo.