El brote de tosferina en la Región continúa sin tocar techo y supera ya los 1.000 casos

El único fallecimiento registrado por tosferina en la Región de Murcia durante el actual brote epidémico se corresponde, de hecho, con un recién nacido cuya madre no se había vacunado. La muerte se produjo el año pasado. En toda España, y según el último informe del Instituto de Salud Carlos III, se han registrado otras tres defunciones: un prematuro de 2 meses cuya madre había recibido la vacuna apenas cinco días antes del parto, una mujer de 73 años en cuidados paliativos y un hombre de 83 con coinfección respiratoria.

La tosferina comienza generalmente como un resfriado común, y en una o dos semanas suelen aparecer ataques de tos intensa. Se trata de una tos muy característica, violenta e incontrolable. A los pediatras les siguen llegando casos, confirma Juan Antonio Carmona, presidente de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria y Extrahospitalaria (Apermap), aunque Salud destaca que la mayor incidencia se está registrando entre adolescentes. En estas edades, la tosferina es «leve y autolimitada», recuerda la Consejería.

Fuera del radar de Epidemiología quedan los casos no diagnosticados, pero la estadística permite monitorizar la tendencia, sobre todo después de las mejoras en el sistema de vigilancia epidemiológica. Además, en las áreas de salud I (Murcia Oeste) y II (Cartagena) se está llevando a cabo un pilotaje para que los centros de salud y consultorios puedan enviar directamente las muestras de los pacientes sospechosos al hospital de referencia (La Arrixaca y el Santa Lucía), para su confirmación diagnóstica.

Salud subraya que «se trata de una situación controlada y cíclica característica de esta enfermedad que está afectando a todas las comunidades autónomas». La tosferina suele presentarse en oleadas epidémicas cada 3-5 años, explica el último informe del Instituto de Salud Carlos III. En 2015 se produjo el último de estos brotes cíclicos. La diferencia, ahora, es que el número de casos que se está registrando es mucho mayor. En toda España se han detectado, entre el 1 de enero y el 11 de abril, 9.785 contagios. El grupo de edad con más casos es el de 10 a 14 años, con el 38,7% del total, seguido de la franja de 5 a 9 años (18,2%).

Si en la gran mayoría de los niños pequeños la tosferina no tiene consecuencias es gracias a la vacunación. A los dos meses de edad, los lactantes reciben la primera dosis de la vacuna acelular DTPa, que protege frente a esta infección. La segunda dosis se suministra a los 4 meses. Después hay sendos pinchazos de recuerdo a los 11 meses y a los 6 años. Las tasas de cobertura son muy altas: superan el 97% en las dos primeras dosis y llegan al 85% en el pinchazo de recuerdo a los 6 años.

No obstante, la Asociación Española de Pediatría (AEP) apuesta por un nuevo refuerzo vacunal a los 14 años. No porque a estas edades la tosferina resulte particularmente peligrosa, sino para tratar de evitar que el virus circule entre los adolescentes y termine por infectar a los realmente vulnerables: los menores de un año. La eficacia de las vacunas es alta, pero decae con el tiempo.