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Otro terremoto político ha sacudido Europa tan solo un día después de que el primer ministro polaco, Donald Tusk, anunciara que se someterá a una ... moción de confianza tras la victoria del candidato ultra Karol Nawrocki en las elecciones presidenciales. El líder de la extrema derecha de Países Bajos, Geert Wilders, del partido PVV, comunicó este martes la salida de su partido de la coalición de Gobierno, lo que supuso 'de facto' la caída del Ejecutivo del primer ministro Dick Schoof, que presentó este martes mismo su dimisión ante el rey.
«Con la salida del PVV, no hay suficiente apoyo en la Cámara para este gabinete», declaró Schoof, quien calificó la decisión de Wilders de «irresponsable e innecesaria». A la espera de la convocatoria de nuevas elecciones en el país, los ministros del resto de partidos -los liberales del VVD, los democristianos del NSC y los del partido de los granjeros del BBB- continuarán en sus cargos.
Países Bajos, la tercera potencia de la Unión Europea (UE) en términos de PIB per cápita, dio un giro político en las elecciones generales de 2023, con la salida del liberal Mark Rutte -en el poder durante catorce años- y la victoria de la formación ultra PVV de Wilders. El partido de extrema derecha había mantenido históricamente un gran peso dentro del país, pero el cordón sanitario permanecía fuerte. Hasta el año pasado, cuando Wilders logró formar un Gabinete con otras tres formaciones de derechas. Las diferencias, sin embargo, han ido en aumento, sobre todo en lo referente a la estrategia para limitar la entrada de solicitantes de asilo.
11 meses
ha durado el Gobierno de coalición de la extrema derecha del PVV, con los liberales VVD, los democristianos NBS y el partido de los granjeros BBB.
No es la primera vez que Wilders amenaza con abandonar la coalición que mantenía junto a los liberales, los democristianos y el partido de los granjeros. Pero el líder ultra subió el tono la semana pasada, con su intención de endurecer drásticamente la política migratoria y, en especial, las condiciones para las nuevas solicitudes de asilo. Este asunto se ha convertido en un punto central del debate social neerlandés y ha contribuido a polarizar a la población, en un país en el que los asuntos migratorios tienen una gran relevancia, en especial en los últimos tres años, al registrarse una demanda creciente de peticiones de asilo.
El líder populista ya había adelantado el lunes su intención de forzar la caída el Ejecutivo si sus socios no respaldaban sus propuestas. Entre otras, Wilders pretendía paralizar completamente los procesos de asilo, cerrar los centros de refugiados y deportar a todos los asilados sirios a su país de origen, al entender que la situación política en el país árabe ha cambiado tras la caída del régimen de Bashar el-Asad.
Dick Schoof
Ex primer ministro neerlandés
Geert Wilders
Líder de los ultras del PPV
Wilders puso como condición para mantenerse en la coalición la aprobación de al menos seis puntos de su plan, que definía como «la política de inmigración más estricta jamás vista». Los contactos con los socios de Gobierno se mantuvieron hasta última hora, pero, finalmente, Wilders optó por dinamitar el Ejecutivo, una decisión que transmitió en un escueto mensaje en la plataforma X -anteriormente Twitter-. «No hay firmas para nuestro plan de asilo... El PVV abandona la coalición. Firmé a favor de una política de asilo más estricta, no de la caída de Países Bajos y, por tanto, nuestra responsabilidad con este gabinete termina aquí», escribió.
Y es que los demás partidos del Gobierno han enmendado los planes del dirigente ultraderechista, más por los tiempos que maneja que por su contenido. Hace unos días instaron a la ministra de Inmigración, Marjolein Faber, que pertenece al propio PVV, a presentar propuestas detalladas en vez de un plan general. Durante la madrugada de este martes, Wilders no llegó a un consenso con sus compañeros, ya que buscaba la aplicación «inmediata» de sus medidas, que también contempla el refuerzo de la vigilancia en las fronteras incluso con el Ejército.
Críticas de sus socios El resto de partidos de la coalición han tidado de «irresponsable» la decisión de Wilders y el VVD (el partido de Rutte) dice que no quiere oír hablar de trabajar de nuevo con el dirigente ultra.
El PVV instaló un frágil Ejecutivo de coalición en julio de 2024 y, desde entonces, los desencuentros entre los socios han sido frecuentes. El 'derrocamiento' del Gabinete se produce en un momento especialmente delicado ya que Países Bajos debía decidir en breve el aumento del gasto militar para cumplir con las exigencias de la OTAN.
Lo más probable es que la caída del Gobierno de coalición aboque al país a unas nuevas elecciones generales. La formación de Wilders sigue liderando las encuestas dieciocho meses después de su inesperada victoria. Sin embargo, la brecha con sus rivales políticos -la alianza de los socialdemócratas y los verdes y el partido liberal VVD- se ha reducido.
Los votantes podrían ver en Wilders como un factor de desestabilización tras la caída del Gobierno. El líder ultra es reincidente ya que en 2012 ya provocó la caída del Ejecutivo, al retirar su apoyo a la alianza minoritaria liderada por Rutte.
La líder liberal Dilan Yesilgoz-Zegerius, su principal contrincante, criticó este martes la decisión «súper irresponsable» del líder ultra y ha pedido que se convoquen elecciones lo antes posible para formar «un gabinete fuerte» que dé «claridad» al país.
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