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«Toda la música es música folk; nunca he escuchado a un caballo cantar una canción». La genial frase la dijo el mítico trompetista y cantante estadounidense de jazz Louis Amstrong, pero la suscriben plenamente Pedro Gómez Martínez y Pedro Medina Martínez, componentes del dúo murciano de folk Albardín: «Todo es folk», zanjan. «Yo vengo de la música metal, a mí me gustaba –y me sigue gustando– Metallica, y sigo escuchando rock progresivo», asegura Gómez Martínez, profesor del Conservatorio Superior de Música de Murcia, que atiende a LA VERDAD junto a su compañero –y por qué no amigo– Pedro Medina. Juntos formaron Albardín hace menos de un año.
El primer aniversario de esta pareja artística se celebra el próximo 20 de junio, pero antes hay un aperitivo de lujo: Albardín conforma el suculento entrante del segundo día del Festival Cartagena Folk, este sábado 7 de junio. «Es la primera vez que tocamos por la mañana, en vez de por la noche». Será justo al mediodía, a las 12 horas, cuando el sol murciano esté en todo lo alto. Más o menos, en la posición en la que se encuentra ahora mismo este género musical, según dos de sus máximos exponentes en la Región de Murcia: «Yo veo el folk con más fuerza que nunca», asegura Pedro Gómez. Este profesor del Conservatorio, que tuvo que bajarse de los escenarios durante un tiempo por cuestiones profesionales, ha regresado ahora al directo para regocijo de compañeros y público y reconoce que la música que pasa por sus manos «no tenía antes el auge que tiene ahora, con mucha más respuesta que hace unos años». Pedro Medina, luthier y artesano, creador de muchos de los instrumentos con los que Albardín sorprende en directo, ni se «imaginaba» el «tirón» del folk cuando decidió embarcarse en este proyecto. ¿Minoritario? Puede ser, pero no tanto. «A mí me ha sorprendido la cantidad de gente que arrastra», reconoce.
Albardín desplegará este sábado un repertorio –adaptado al mediodía, claro– que abarca desde piezas del área mediterránea a la del norte de Europa, y donde volverá a sonar esa zanfona que se parece a un violín de hace 500 años. También bouzoukis y laudes y salterios y vihuelas. «Los instrumentos que utilizamos son cultura y conocimiento en sí mismos. Y nos permiten tocar una música única, que no se puede crear con ningún otro instrumento», aseguran. «Tocar y volver a hacer sonar la madre de todas las músicas». Al final, se trata de pasarlo bien en torno a «una riqueza cultural bestial», define Pedro Medina. Y todo ello aderezado con las nuevas tecnologías.
El Festival Cartagena Folk, en su decimoquinta edición, se celebra este fin de semana en el Parque de la Rambla de Cartagena –junto al estadio Cartagonova– con entrada gratuita. y tiene un cartel con ocho grupos procedentes de diferentes partes de la geografía española que abordan la tradición desde diferentes puntos de vista. «En la Región tenemos una ventaja, y es que la música folk está muy viva, mucho más que en la mayoría de las comunidades, quitando algunas como Galicia, por ejemplo, donde está muy incentivada», señala Pedro Gómez.
–Artistas como Rodrigo Cuevas han supuesto un revulsivo indiscutible para este tipo de música. ¿Nos hacen falta más referentes? ¿Maestro Espada o Crudo Pimento son un ejemplo de la línea que tenemos que seguir en la Región?
–[Pedro Gómez] No sé si tienen la misma repercusión a nivel nacional, pero musicalmente ya tenemos esos referentes, con grupos y artistas como los que usted ha nombrado y algunos más, con mucha fuerza, que están haciendo una renovación total, aunque te pueda gustar más o menos. Como contrapunto tenemos a gente como El Pantorrillas, que están haciendo solo cosas tradicionales, ¿y cuál es más moderno?. Aguacate, por ejemplo, que tampoco tienen que ver con la música tradicional, aunque siempre meten guiños de folclore murciano en su música electrónica y están tocando todos los fines de semana en Madrid, en Barcelona...
–¿Se puede vivir del folk?
–[Pedro Medina] Definitivamente, no [risas].
–[Pedro Gómez] Solamente tocando quizá no se puede vivir del folk. Con otras cosas complementarias, como cursos, talleres, etcétera... quizá sí. Pero es difícil. La suerte que tenemos nosotros es que tenemos nuestros trabajos aparte. Pedro Medina es luthier, tiene su taller, y yo soy profesor.
Pasados los 50 y los 60, Medina y Gómez están especialmente ilusionados con este proyecto recién nacido que promete mucho recorrido, ahora inmerso en la grabación de temas nuevos, «ampliando repertorio», aseguran. «Daremos mucho que hablar», advierten. Y un consejo: «No hay que pensar en la edad, solo en disfrutar de la música». Amén.
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